La excesiva explotación de los sistemas naturales por la acción del hombre está, poniendo en peligro la diversidad biológica y, por tanto, la obtención de los recursos biológicos que tiene la humanidad para poder seguir habitando el planeta.
Ni la sociedad ni los gobiernos podían ser ajenos a esta evidencia. Fue en los años ochenta cuando se elaboró la Estrategia Mundial para la Conservación de la Naturaleza donde aparece, por primera vez, el concepto de desarrollo sostenible. Posteriormente en 1992 se estableció el Convenio sobre la Diversidad Biológica, firmado en la Conferencia de Naciones Unidas de Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Río de Janeiro en ése año, y es aquí donde se planteó conservar la biodiversidad en su conjunto, como la variedad de la vida en sus formas genética, de especies y de comunidades y el mantenimiento de los procesos ecológicos, definiendo la biodiversidad, por tanto, como: “La variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre otras cosas, los ecosistemas terrestres y marinos y otros ecosistemas acuáticos y los complejos ecológicos de los que forman parte; comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los ecosistemas”. El concepto de biodiversidad es, por lo tanto, relativamente reciente y se difundió su uso en la década de los noventa.
Si la conservación de la diversidad biológica a escala mundial es una obligación España no puede ser ajena a ello, sobre todo teniendo en cuenta que en España hay tal variedad de climas y de orografía tanto en su área peninsular como insular que le hace ser el primer país europeo con más variedad de plantas y especies animales.
El territorio español cuenta con unas 10000 especies de plantas diferentes, se calcula que existen unas 20000 especies de hongos, de líquenes y de musgos y entre 8.000 y 9.000 especies de plantas vasculares (helechos y plantas con flores) que representan el 80% de las existentes en la Unión Europea y casi el 60% de las que se hallan en todo el continente. De ellas unas 6500 son plantas autóctonas, junto con otros 1500 endemismos únicos del mundo. Además compartimos otros 500 con el norte de África. En cuanto a la fauna, la Península Ibérica se caracteriza, también, por poseer la mayor riqueza biótica de Europa occidental con un total de entre 50000 y 60000 especies animales, más del 50% de las especies existentes en la Unión Europea. De ellas, 770 especies son vertebradas, excluyendo los peces marinos. En las islas Canarias habitan, debido a su aislamiento, el 44% de las especies animales endémicas. Además, España goza de una gran variedad de hábitat teniendo 121 tipos diferentes, lo que supone el 54% del total de los hábitat existentes en toda la Unión.
En la actualidad existen en España 16 especies en peligro crítico de extinción, como la foca monje, el lince ibérico, el sapillo balear, conocido también como ferreret, o el lagarto gigante que habita la isla de El Hierro. Entre las plantas se encuentran el acebo y la subespecie canaria del saúco, y entre los peces el esturión. Otras 33 especies -como el pato malvasía o la tortuga boba corren un grave riesgo de desaparecer, y otras 110 más (el drago canario o la avutarda, entre otras) son consideradas como vulnerables.
Según los datos que arroja la Estrategia Española para la Conservación y el Uso sostenible de la Diversidad Biológica, España es el país comunitario que cuenta con un mayor número de plantas vasculares y vertebrados amenazados, según las categorías establecidas por la Unión Mundial para la Naturaleza, UICN.
Para preservar la biodiversidad se hace imprescindible la protección de estas especies, animales o vegetales, cuya supervivencia ha sido puesta en peligro por la presión de la actividad humana, presión ejercida bien sobre la propia especie a través de su explotación o incluso persecución y envenenamiento, bien sobre el hábitat en que se desarrolla y de cuya conservación depende íntimamente. La protección de las mismas se realiza a través de leyes, reales decretos, acuerdos, convenios y estrategias, elaborados para tal fin.
Laura Robles. 4ª D.
[Este artículo en "Días de Especial Significado Ecológico. Diciembre 2008" en la sección Siringa Verde de la revista SIRINGA]