lunes, 29 de octubre de 2007

MODELOS DE DESARROLLO Y MEDIO AMBIENTE (I).

En la actualidad, los modelos de desarrollo por los que puede optar la humanidad son tres: el desarrollista, el conservacionista y el desarrollo sostenible. El modelo desarrollista es el que se ha seguido de forma masiva desde, al menos, la Revolución Industrial hasta los primeros años del siglo XXI. Puede decirse de él que considera que los recursos planetarios son ilimitados y que deben ser utilizados intensamente por la humanidad sin ningún reparo ni preocupación. De surgir problemas, la capacidad científica y tecnológica alcanzada permitirá resolverlos sin dudarlo, por lo que debemos continuar así, sin preocupación alguna. Considera también que desarrollo es sinónimo de consumo y cuanto más mejor, de crecimiento indefinido, de bienestar y de calidad de vida. En definitiva, no importa el sacrificio de la naturaleza en beneficio de nuestra especie.
Sin embargo, se oyen muchas voces que culpan a esta forma de actuar de la contaminación general del medio ambiente en todos sus sistemas; de la pérdida de diversidad biológica mediante la extinción de las especies, de la eliminación de los ecosistemas y de la información genética, de los impactos ocasionados en la naturaleza, sin olvidar otros problemas de tipo social asociados que se dan en determinadas zonas, regiones y países tan ricos en recursos como pobres en disfrutar de los beneficios generados en dicha explotación, mientras ven alterado su medio natural, su cultura, así como disminuidos sus derechos como pueblos, … .
¿Es ético continuar este camino? ¿Es en su opinión el desarrollo responsable del deterioro ambiental? ¿Qué medidas debemos tomar para evitar los problemas ambientales y las desigualdades sociales? Siringa Verde espera poder compartir su opinión con el resto de los bloggeros.

martes, 23 de octubre de 2007

AL GORE PREMIO NOBEL DE LA PAZ

La concesión del Premio Nobel de la Paz a Al Gore, Vicepresidente de los EEUU de América durante la administración de Bill Clinton; por su contribución a la divulgación de los problemas derivados del cambio climático actual de origen antrópico en el que se encuentra inmersa nuestra civilización y, la necesidad de paliarlo a toda costa con medidas que reduzcan las emisiones de los gases de efecto invernadero; ha dado lugar a replantear, por un lado, la oportunidad del premio por la propia personalidad del premiado, por otro, a cuestionar los criterios seguidos para la concesión, teniendo en cuenta, a veces, las controversias levantadas con otros ilustres premiados que pueden estar en la cabeza de todos a poco que se recuerde o consulte la lista de premios en los años precedentes.

En este caso concreto, es fácil encontrar en los medios de comunicación alabanzas incondicionales a la figura Al Gore por su loable e indiscutible esfuerzo en dar a conocer las más o menos terribles consecuencias del cambio climático; España le otorga el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional e, incluso, su documental ha sido premiado con dos Oscar; evidenciadas, por otro lado, desde los medios científicos más punteros en la investigación del clima, agrupados, muchos de ellos, bajo el acrónimo del IPPCC, o Panel Intergubernamental del Cambio Climático con quién quizás, paradójicamente, compartirá dicho galardón y a los que evidentemente no se les presta, cuando menos, la misma atención.

Si la campaña de concienciación que lleva a cabo Gore alrededor del mundo merece el reconocimiento general; todos los esfuerzos en ese sentido sean bienvenidos; no parece ser menos cierto que contrasta, a veces, con la opinión de otros grupos que dicen que, el personaje estuvo en su momento en un cargo de extraordinaria influencia mundial, capaz de iniciar muchos años atrás las acciones que ahora recomienda como prioritarias y, sin embargo, posiblemente por diversas circunstancias y, quizás, una verdad incómoda de explicar, no lo hizo.

Parece haber también quién afirma que el modo de vida del vicepresidente no concuerda con las propuestas que hace, al parecer su presencia con cargos directivos o en consejos de administración de empresas fuertemente contaminantes de la atmósfera, sus paseos por el orbe con un séquito de acompañantes en aviones privados y limusinas, no parece ser un ejemplo a seguir.

En definitiva, en Siringa Verde, y en relación con este tema nos gustaría tener tu opinión reflexiva. Por eso, aprovecha este espacio y compártela con el resto de compañeros.