jueves, 8 de noviembre de 2007

MODELOS DE DESARROLLO Y MEDIO AMBIENTE (II).

Siguiendo con la serie de modelos de desarrollo iniciada en esta sección con el modelo desarrollista, el segundo modelo considerado es el conservacionismo o conservacionista. Fue propuesto en su momento por los países del Norte, los industrializados, muy preocupados por los problemas ambientales que a todas las escalas plantea el desarrollo desaforado. Las propuestas iniciales chocan con los afanes del bloque que forman los países del Sur, los subdesarrollados y en vías de desarrollo, que pretendían y pretenden conseguir el lógico desarrollo y la correspondiente industrialización para alcanzar un mínimo de calidad de vida.

El conservacionismo, ambientalismo, ecologismo, entre otras denominaciones aproximadas, amalgama prácticamente todas las opciones posibles que van desde las más moderadas; quizás también las más lógicas y las más efectivas, las que pretenden la conservación del medio ambiente y los seres vivos que lo integran, (la biodiversidad), en las mejores condiciones posibles, las que abogan por un comportamiento de equilibrio en las relaciones que se establecen entre la especie humana y su entorno, las defensoras de un biocentrismo o integración de la humanidad en la naturaleza como una especie más en igualdad de condiciones con el resto, cosa que no ocurre en el desarrollismo, practicante de un antropocentrismo exacerbado sobre todas sus acciones. Conservación que, desde estos puntos de vista está fuera de cualquier discusión posible, simplemente por mera coherencia ética; hasta otras opciones asociadas, más extremistas, de posicionamiento más intolerante, el llamado conservacionismo a ultranza.

Es esta opción, la que pretende y explica que, ante los problemas ambientales que se plantean en el planeta como consecuencia de la explotación y uso de sus recursos, su escasez y agotamiento inminente de todos ellos, (cuyas reservas, por cierto, se llevan agotando según alguna de sus previsiones desde la Revolución Industrial), debemos dejar de expoliarlos y paralizar o casi cualquier posibilidad de desarrollo. Suelen ser posiciones que para conseguir sus objetivos pueden recurrir en ocasiones, a un alarmismo o ecoalarmismo, a veces sin fundamentos científicos, “ya que el fin justifica los medios”.

Es evidente que, asumir esta manera de pensar lleva implícitas renuncias y logros relacionados con la calidad de vida, algunas graves, que hay que explicar al ciudadano. Por lo que quizás habría que preguntarse ¿Quién está dispuesto a renunciar seriamente a su calidad de vida siendo coherente con este pensamiento? ¿Hay tanta escasez de recursos como se preconiza? ¿Desde las posiciones del primer mundo ya muy desarrollado es lícito y ético plantear la imposibilidad de hacerlo a los países del tercer mundo sin considerar siquiera sus condiciones de vida actuales? ¿Obviamos estas expresamente en aras a la conservación a ultranza? ¿Cuál o cuáles de los derechos humanos se vería afectado por ello?

Quizás pudiera concluirse que, hoy por hoy, el conservacionismo a ultranza no parece convencer a casi nadie. En cualquier caso, a Siringa Verde le interesa tu opinión, compártela. Gracias.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Efectivamente, estoy de acuerdo con que el conservadurismo moderado es la postura más ética posible en relación con la naturaleza, como que no lo es tratar de imponer a los países subdesarrollados restricciones a su desarrollo en base a que contaminan. En definitiva esa posición pretende ser un neocolonialismo.

Anónimo dijo...

Resulta difícil comportarse de manera que las relaciones entre la humanidad y el medio sean de equilibrio o biocéntricas, cuando prácticamente en todas las filosofías, religiones o como se las quiera llamar, está éso de: "Creced y multiplicaos, DOMINAD LA TIERRA"; frase antropocéntrica por excelencia, que parece dar patente de corso para hacerlo casi por imperativo divino. Muy difícil cambiar actitudes después de cientos de siglos de entrenamiento, en cualquier caso hay que intentarlo.

Anónimo dijo...

De nuevo entro al trapo, al debate de Siringa Verde. Me estoy aficionando.
El conservacionismo a ultranza claro que no convence a nadie, yo creo que ni siquiera al puñado de ecologistas utópicos que lo defienden en campañas mediáticas y en el papel.Es imposible volver a una sociedad preindustrial.A mediados del siglo XVIII tres revoluciones, industrial, agrícola y tecnológica provocaron una revolución demográfica, una auténtica explosión en el crecimiento de la población. Desde 1750 la población se ha multiplicado, pasando de alrededor de 700 millones de habitantes a más de 6000 millones en la actualidad.Ese desarrollo y progreso industrial y tecnológico transformó todos los aspectos de la vida de los habitantes de lo que hoy llamamos mundo desarrollado. La "calidad de vida" ligada a una mejor alimentación, avances médicos,....actividades ligadas al progreso como automóviles, electrodomésticos.... consumen recursos naturales ( tierra, agua, alimentos) en gran cantidad, la presión sobre el planeta es cada vez mayor y la amenaza sobre el medio ambiente también. Sin embargo, en mi opinión, no se puede detener el progreso.El mundo tiene un RETO : compaginar el progreso alcanzado por la humanidad con la protección del planeta que la sostiene. Los países subdesarrollados tienen derecho a alcanzar el nivel o la calidad de vida que los europeos alcanzaron tras la Revolución Industrial, pero de una forma diferente, menos agresiva para el planeta. Espero de Edimburgo el planteamiento de otro modelo de desarrollo que no sea ni el desarrollista ni el conservacionista a ultranza porque en él estará el RETO. Y no tengo ninguna duda que el siglo XXI buscará ese equilibrio. Nos va en ello nuestra propia supervivencia.

Edimburgo dijo...

Evidente lbs, en el tercer modelo, el desarrollo sostenible, que expondremos de inmediato, está puesta la confianza y la esperanza. Pero el modelo tampoco está libre de corromperse, como todo lo humano, y entonces no habrá otra opción que aplicar el principio de precaución o la retirada sostenible, que diría Lovelock.