jueves, 12 de junio de 2008

12 de Junio. DÍA MUNDIAL DE LA DESCONTAMINACIÓN ACÚSTICA.

Bocinazos, maquinaria de perforación en calicatas interminables, tráfico acusado, traqueteo en baches infinitos, vendedores ambulantes megafónicos, aviones y helicópteros en misión nocturna, música a deshoras, terrazas-bar improvisadas, botellón inaceptable, sirenas a destiempo, televisores con volumen para sordos, conversaciones nocturnas en patios y corralas, músicos de esquina y banqueta de balada única, laboreo nocturno, martillazos en tabiques, semáforos con trinos, cisternas desajustadas, chimeneas vibradoras, aire acondicionado de vibración y zumbido, insonorización-sonora, elevadores de freno potente, “pedrosas y lorenzos” petardeando a placer por una “pool” de tanatorio, frenazos a destiempo, histriones de móvil musical alardeando de aparato tan carente de interés como su dueño, opositores a pirotécnicos en prácticas, ferias y fiestas años 40 en plazas y calles… .
Esas y muchas más son las causas del ruido, entendido como aquel sonido considerado por el receptor como molesto, poco saludable y sobre todo indeseado. Contaminación etérea sin duda, de foco fijo o móvil, temporal o permanente, derivada siempre de la actividad antrópica o producida directamente por ellos; barata a la vez que gratuita, difícil de cuantificar incluso al instante, sin rastro ni residuos que sirvan como prueba de la molestia, muy subjetiva y, sobre todo en las grandes ciudades, generalizada.
Por eso, el 12 de junio se celebra el Día de la Descontaminación Acústica, cuyo principal objetivo es fomentar la toma de conciencia de la amenaza que supone el ruido sobre la salud de las personas y, sobre todo, adoptar acciones para eliminarlo o disminuirlo.
Al lector, como inteligente que es, ya se le habrán ocurrido unas cuantas soluciones para evitar la contaminación acústica. ¡Muchas de ellas tan sencillas!. Prescindiendo de las que necesiten medidas estructurales para paliarla, que indudablemente corresponde aplicarlas a la administración municipal, basta con un poco de sensibilidad, una cierta educación general y ambiental, y cierta empatía con el resto de la población para pensar en lo que le puede molestar al vecino de al lado con el que indudablemente estamos obligados a convivir.
De lo contrario es más que posible que entre otra sintomatología se produzcan alteraciones del pabellón auditivo en diferentes grados, que la tensión arterial se modifique con otros daños colaterales, que el sistema nervioso se resienta, que aparezcan trastornos del sueño, de la memoria, de conducta, del aparato digestivo, ontogénicos, y de estrés absoluto. Por todo ello, el lema para este y todos los días del año debe ser siempre
“no al ruido”.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca hubiera imaginado ruidos de tan diversa procedencia como los señalados en la serie que inicia el artículo. Y lo peor es que debo estar tan acostumbrada que apenas los percibo o me han dejado sorda. Sin duda todos los ruidos señalados son molestos pero con alguno me quedo, son los ruidos de la ciudad y no me gusta el silencio. Voy a salvar unos cuantos, los que me pueden parecer más poéticos para dar una identidad sonora al espacio urbano ( espero que el autor, muy concienciado contra la contaminación acústica me lo permita). Me quedo con vendedores ambulantes, fiestas de los 40 en calles y plazas,músicos de esquina y.... creo que nada más. Soy un poco bicho raro pero me gusta el bullicio de la ciudad por eso, muchos ruidos molestos para otras personas, para mí no lo son. Y lo que no soporto son los gritos de goooool por las ventanas de todo el vecindario, las bocinas o trompetas que aturden, el ruido del claxon exagerado para que nos enteremos todos de que ha ganado el Real Madrid o el equipo de turno y además ese escándalo es siempre por la noche. Querría añadirlo a la lista de ruidos supernocivos para la salud física y síquica.

Anónimo dijo...

También el que cita dama, junto con otros muchos que van minando progresivamente la salud. Respecto a los gustos, como dice el refrán, no hay nada escrito. Ahora bien, ¿has pensado dama en un músico ambulante que no lo es tanto, puesto que no se mueve de tu puerta por ejemplo, tocando la única que se sabe con una acordeón durante cuatro horas por la mañana y otras tantas por la tarde?
Ni que decir de la muñeca "chochona" (con perdón de la de cuota de turno), reiterada hasta las 3 de la mañana en la tómbola de feriante.

Anónimo dijo...

Posiblemente habría que inventar nuevos oficios para luchar contra la contaminación acústica; que tal los agentes de descontaminación sonora, (ADS), ahora que gustan tanto los nombre rimbombantes. Se encargarían de decir a los "jonis" y a las "samantas" que el móvil en los transportes públicos no debe utilizarse como hilo musical.

Anónimo dijo...

La solución es fácil en algunos casos. Si queremos descontaminar la ciudad de ruidos insoportables, !cúmplase la normativa en ese sentido¡ ¿Quién no la cumple?

Anónimo dijo...

Se busca agente inversor para desarrollar una patente que inhibe las bocinas de los automóviles parados en los semáforos durante treinta segundos después del cambio de luz de roja al verde para los coches; con ello se consigue que el "alonso" de turno no la active en los 0,180 milisegundos habituales después del cambio. A lo mejor se consigue unos pasos de peatones más silenciosos.

Anónimo dijo...

Vendo inhibidor anti inhibidores de bocinas.