martes, 17 de junio de 2008

17 de junio. DÍA MUNIDAL CONTRA LA DESERTIFICACIÓN Y LA SEQUÍA.

Fue en el año 1994, cuando en el seno de las Naciones Unidas se aprobó la Convención de Lucha contra la Desertización en las zonas especialmente afectadas y en especial las africanas. Después por extensión se dedicó el día 17 de junio como día mundial contra la desertización y la Sequía con el fin de sensibilizar y aunar esfuerzos de cooperación internacional contra este proceso, más extendido de lo que a “priori pudiera parecer teniendo en cuenta que afecta negativamente a millones de seres humanos de más de la mitad de los países del mundo, incluida lógicamente España en muchas de sus regiones, sobre todo en el sureste peninsular y archipiélago canario sin descartar extensas regiones del interior.
Desde el punto de vista semántico, hay en circulación dos conceptos medioambientales muy próximos, como son los de desertización y desertificación, que conviene tener en cuenta para ofertar las medidas precisas para limitarlos. Habitualmente, la desertización se entiende como: “un proceso natural de aridificación, de xerotización o desecación de una zona de la superficie terrestre para aproximarla a las condiciones típicas de un desierto, todo ello sin la intervención de la acción humana”. Por tanto, la desertización propaga las condiciones desérticas más allá de los límites del desierto por causas de origen natural, o simplemente las intensifica en el propio ámbito del desierto.
Cuando a las condiciones naturales de degradación de los suelos, se le suman otras acciones, normalmente irresponsables de origen humano, que producen el mismo efecto, la expansión y el avance del desierto, entonces de habla de desertificación. En ambos casos el resultado final es el mismo, el avance del desierto.
Los factores naturales que inducen el avance del desierto son: la climatología peculiar y sus factores meteorológicos, como son: las temperaturas extremas, las precipitaciones escasas, fenómenos atmosféricos extremos,…), que incrementan los efectos erosivos, ya sean hídricos puntuales o mayoritariamente eólicos, en la superficie del planeta. Las fuertes pendientes del terreno en orografías especialmente elevadas que contribuyen a que dichos efectos se intensifiquen o no. Las características texturales y estructurales edáficas o las geotécnicas de las rocas del sustrato. La presencia abundante o la escasez de cobertera vegetal en la zona.
Si pensamos en la desertificación, la contribución humana que favorece el avance de los desiertos pueden ser debida a: la deforestación abusiva; el sobrepastoreo, las prácticas agroganaderas inapropiadas, la urbanización de ingentes cantidades de espacios, las explotaciones mineras indiscriminadas, el despilfarro de los recursos hídricos, la salinización de los acuíferos,… .

La situación es tan grave como difíciles son las soluciones que pudieran ofertarse. Sobre todo, al localizarse muchas veces los efectos desérticos en países con escasos recursos económicos que les hace incapaces de disponer de suficientes medios para solucionarlo sin entrar en dinámicas de retroalimentación positiva de efectos devastadores en otros campos socioeconómicos.
Por lo tanto, únicamente parece que quedan como soluciones preventivas las medidas de respeto hacia el medio ambiente, la ayuda y cooperación internacional a los países más necesitados, otra; y por supuesto, la promoción de usos responsables, sostenibles y eficaces de los recursos hídricos disponibles.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es sorprendente que en situaciones tan adversas, exitan plantas capaces de soportar tales condiciones. Este es el caso de las cactaceas, frecuentemente conocidas como "cactus". La familia de las cactaceas, agrupa a mas de 2000 especies.
Estas plantas aportan grandes beneficios; alimento,tanto como para animales como para humanos, protege el suelo, de las lluvias torenciales,y en aspectos medicinales, como el ya conocido Aloe Vera.

Anónimo dijo...

Es difícil reconocer la posibilidad de existencia de un bosque en estas zonas, ni siquiera imaginarselo, en cualquiera de las fotos que ilustran el comentario del blog.

Anónimo dijo...

Si el bosque se dice, llama al agua, la medida ideal de lucha contra la desertificación y la sequía será la plantación con sentido de una cobertera vegetal apropiada para cada caso.