miércoles, 29 de octubre de 2008

EL CAMBIO CLIMÁTICO: un problema, seguro,… y ¿un negocio?

La frecuencia con la que se producen determinados fenómenos meteorológicos como por ejemplo:

las sequías extremas, las precipitaciones intensas seguidas de inundaciones y avenidas, los huracanes en constante formación sobre los océanos en determinadas épocas del año, esperando alineados para liberar su potencial destructor sobre el continente, las intensidades y las magnitudes de los riesgos asociados, incrementados de forma notable, junto con la constatación empírica de las consecuencias previstas en los modelos climáticos, como es el caso de la fusión de los glaciares de altitud y latitud en diversas zonas del globo, entre otras muchas; han llevado a la mayor parte de los científicos agrupados en el IPCC (Panel Intergubernamental para el Cambio Climático) a concluir, y así lo presentaron en la Cumbre del Clima celebrada en diciembre de 2007 en Bali, que puede darse la posibilidad de un cambio climático drástico en un futuro más o menos inmediato.

Estimándose además, la existencia de un punto crítico o de no retorno cuando la temperatura media de la Tierra se incremente en 2º C sobre la temperatura media actual; por lo que, de seguir así, y en el caso de cumplirse las predicciones, debemos prepararnos para un futuro bastante más comprometido ambientalmente de lo que ya lo está en la actualidad y con consecuencias graves o muy graves para la diversidad, y, en especial, para la especie humana.

Ni que decir tiene que la causa de tal comportamiento climático guarda relación con la actividad humana, debido a los muchos años de emisión de gases contaminantes derivados de la combustión de los combustibles fósiles empleados en la industria, en el transporte o en la calefacción, entre otras acciones no menos onerosas para el medio en general y para la atmósfera en particular.

Constatada la existencia del problema, de un grave problema prácticamente seguro, hasta hace relativamente poco tiempo únicamente se hablaba de los costes imprevistos que el posible cambio climático produciría, o lo que es lo mismo, de una economía de enormes pasivos, al incidir los efectos del cambio sobre los bienes humanos.

Si bien resulta prioritario atajar las causas que lo desencadena, la mentalidad ha cambiado, y aún en el caso de que las previsiones sean ciertas, surgen nuevas posibilidades económicas y no sólo en el balance de costes, sino de activos que hacen o pueden hacer cierto aquel dicho español que dice que “no hay mal que por bien no venga”.

Nuevas posibilidades de negocio, muchas y en muchos campos, como muchas son las empresas implicadas tanto nacionales como multinacionales que se están posicionando en este sentido, y que en algunos casos no sólo son negocios quiméricos sino que están hoy en día ya en plena producción, expansión y generación de las correspondientes ganancias.

Huerto solar y Central eólica

No puede ni debe verse en esto, al menos “a priori”, ninguna connotación peyorativa, es decir, el hecho negociable en sí es perfectamente lícito, utilizando las propias palabras de los economistas, son únicamente: “posibilidades abiertas ( económicas ) para los que apuesten por un desarrollo sostenible” , “amplio futuro para los emprendedores”, (empresarios) o, “negocios factibles para tecnologías eficientes ”. Negocios que ya están incluso cuantificados y cuyas ganancias potenciales se estiman en cifras que rondan el medio billón, ¡medio billón! de euros para mediados de siglo. .


[Todo el artículo en "El Cambio climático: un problema, seguro,... y ¿un negocio?" en la sección Siringa Verde de la revista SIRINGA]


Gaspar T. Jimeno Diestro
Profesor de Biología-Geología
IES Ciudad los Ángeles

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy muy preocupada por el tema de la emisión de gases a la atmósfera y procuro poner mi granito de arena para evitarla. Pero el otro dia en una tertulia radiofónica escuché que una sola erupción de un volcán, por pequeño que fuese, lanzaba más emisiones de gases tóxicos a la atmósfera que todos los que pudiera generar la especie humana en una barbaridad de años.
A veces pienso si el tema ambiental no será una moda más, máxime cuando afloran empresas y defensores (véase Gore), a los que reporta grandes beneficios. Blanca

Siringa Revista Escolar dijo...

El problema no estriba, en mi opinión, en comparar la actividad volcánica y la humana, evidentemente una erupción volcánica arroja grandes cantidades de gases a la atmósfera de manera puntual geográficamente, si se quiere brutal, tremenda, pero que SON ASUMIDOS, DISPERSADOS, RECICLADOS POR EL PROPIO PLANETA gracias a sus propiedades homeostáticas entre las que se encuentra la dinámica atmosférica, mientras que la contaminación antrópica es continua, permanente en el tiempo, no menos brutal desde la Revolución Industrial, impidiendo a la Tierra su reciclaje y, por tanto, se produce su acumulación en la atmósfera, generando los problemas que ahora nos abruman, y de los que algunos, los de siempre obtinen su beneficio.